En el futuro gabinete asomaron discrepancias sobre un posible pacto para albergar en México a la caravana.
En medio de las constantes presiones por parte de Donald Trump sobre el avance de la caravana migrante hacia Estados Unidos, en las últimas horas trascendió un acuerdo con el equipo del presidente electo Andrés Manuel López Obrador para que el éxodo permanezca en México.
Algunas versiones dan cuenta que Remain in México (el proyecto impulsado por Trump que pretende que los migrantes que soliciten asilo en Estados Unidos esperen durante su proceso del otro lado de la frontera) estaría siendo negociado por el secretario de Estado, Mike Pompeo, y el futuro canciller de López Obrador, Marcelo Ebrard, con fuertes chances de ser aceptado por la parte mexicana.
Sin embargo, la futura secretaria de Gobernación de México, Olga Sánchez Cordero, rechazó de plano este escenario. "Está descartado que México vaya a albergar a migrantes centroamericanos mientras esperan una respuesta a sus solicitudes de asilo en Estados Unidos", dijo.
Según explicó, el futuro gobierno no considera entre sus planes asumir la condición de tercer país seguropara la atención de los migrantes. Además, agregó que para el equipo de transición de López Obrador, lo más importante en el tema de las caravanas de migrantes centroamericanos que ingresaron a México es asegurarles condiciones para su alimentación y salud.
Mientras tanto, conforme la caravana migrante avanza hacia Estados Unidos, Trump no cedió en sus advertencias hacia México. Este lunes, tras el altercado de ayer en la frontera entre ambos países, el mandatario insistió en que podría cerrar permanentemente esa frontera si las autoridades mexicanas no impedían el avance de los migrantes.
"Háganlo por avión, por autobús, de cualquier manera que quieran, pero ellos no pasaran a Estados Unidos", twitteó esta mañana.
Además, insistió que "si es necesario cerraremos la frontera de manera permanente" y exigió a su Congreso que financie el muro.
Un grupo de migrantes intentó cruzar la frontera en Tijuana. Tras saltar el cerco de seguridad que impuso la Policía Federal del lado mexicano los migrantes corrieron hacia la barda fronteriza.
En su intento, las autoridades del lado estadounidense reaccionaron lanzando bombas de gas lacrimógeno y balas de goma, lo que obligó que los migrantes se retiraran momentáneamente.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Migración (INAM), alrededor de 500 personas intentaron cruzar la frontera con Estados Unidos, de los cuales 98 de ellos ya fueron repatriados.
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