Las cifras son espeluznantes, pero el drama (in) humano es mucho peor. El Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi) revela que en los diez primeros meses de 2019 se cometieron en México 28,741 homicidios dolosos y 833 feminicidios, que sumados arrojan un total de 29,547 víctimas.
Añade que de los 46.5 millones de mujeres de 15 años y más que hay en el país, 66.1% (30.7 millones) ha enfrentado violencia de cualquier tipo y de cualquier agresor, alguna vez en su vida. Al menos 10 mujeres mueren en México cada 24 horas y contando. Casi 44 por ciento de las mujeres del país es víctima de violencia perpetrada por su esposo o pareja actual.
Los números sobre el fenómeno violento que padecen las mexicanas resultan aterradores. Pero es todavía más espantoso lo que está detrás de esas cifras, frías y precisas, debido a que implican todo tipo de vejámenes contra las mujeres en un país donde el ser macho todavía se ensalza, glorifica y aun se exige. Lamentable. Los atavismos y regresiones culturales también matan.
Por ello saludo el activismo femenino que se traduce en iniciativas concretas para marcar un alto en el camino de tanta violencia. Sharon Estrada Corzo, una maestra en Administración, impulsa Escuchando Tu Interior (ETI), una asociación civil que propugna un cambio de paradigma cultural en favor de las mujeres, los grupos vulnerables y el medio ambiente. El esfuerzo es esperanzador.
Aunque de origen reciente (2017), ETI tiene ya una proyección internacional gracias a su vinculación con la denominada Agenda 2030 convenida en 2015 por más de 150 líderes mundiales que participaron en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible en Nueva York.
El documento final, intitulado “Transformar Nuestro Mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, fue adoptado por los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas.
El documento incluye los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible cuyo propósito es poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, y hacer frente al cambio climático sin que nadie quede rezagado para el 2030.
ETI considera que este nuevo marco de desarrollo abre una oportunidad para el Sistema de las Naciones Unidas y en México de focalizar “nuestra cooperación y programación, de seguir abogando y promoviendo el tema de inclusión y equidad en un marco de derechos, de construir ciudadanía para las y los mexicanos”.
Durante una charla reciente, Estrada Corzo contó a quien esto escribe que todo comenzó hace poco más de cinco años cuando mujeres cercanas a su entorno revelaron, no libres de pena y con cierta timidez, episodios de violencia intrafamiliar.
“Empezaron a acercarse a mí y me contaban, fíjate que me está pasando esto y vimos la situación del país y a nivel mundial y hoy vemos cómo aumenta la violencia”, expuso Sharon.
Al pasar del tiempo y con base en esas historias personales de abuso, “me surgió la inquietud, bueno de qué manera puedo apoyar a las mujeres que están cerca de mí”, contó.
Así que con personas cercanas “iniciamos la Asociación con recursos propios, actividades en medio ambiente, apoyos a personas en situación de calle, vulnerables en Ciudad de México y empezamos a trabajar en Benito Juárez y en otras alcaldías”, relató,
Estrada Corzo dijo que en el trato cotidiano con muchas personas “empezamos a conocer las problemáticas y nos dimos cuenta de la ineficiencia y que aún el gobierno no tienen el alcance o el tiempo y hay situaciones que les impiden llegar a los rincones de ciudades, estados y municipios porque habiendo tantos casos pues faltan brazos para ayudar a esas comunidades y esos sectores. Y ellos pueden tener el apoyo de nosotros y nosotros de ellos, coadyuvar con ellos”.
Entre las actividades desarrolladas por ETI figuran numerosas pláticas sobre prevención del delito en escuelas, actividades de reforestación y medio ambiente, incluso con apoyo de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), lo que arroja ya cambios de conducta e impactos sociales positivos en varias alcaldías.
Estrada Corzo refiere que esperan pronto poner en marcha una serie de proyectos en Ciudad de México, Cuajimalpa y el estado de Querétaro.
Lamenta sin embargo que el presidente Andrés Manuel López Obrador socave los esfuerzos de organismos no gubernamentales (Ongs) bajo el argumento de combatir la corrupción. “Amlo negó todo y nos quitó la atención de la ongs y se enfoca en una corrupción que no hacemos todos”, dijo.
La consecuencia, añadió Estrada Corzo, es que “nos cerraron las oportunidades y las puertas porque la gente que puede ayudar deja de creer en nosotros. Por una persona que está al frente del país perdemos credibilidad quienes si queremos impulsar el país”.
Insistió en que “esto molesta porque por la mente de una persona que tiene un concepto erróneo de la humanidad, perdemos credibilidad todos los mexicanos “. En realidad, insiste, “se bloquean avenidas de apoyo y solidaridad” entre mexicanos.
Estrada Corzo promete “no darse por vencida en este esfuerzo de apoyo a las mujeres, a los niños y adolescentes para que en lugar de tener una mentalidad de división, estemos unidos”.
Después de todo, argumenta, “todas las personas queremos ser escuchadas en algún momento de nuestra vida y queremos apertura para que no vean las cosas desde una perspectiva negativa. No me daré por vencida y bienvenidos quienes quieran apoyar esta causa y veo a futuro que se pueden abrir muchas oportunidades y generar empleos aunque suene utópico o soñador, pero si podemos lograr un cambio de conciencia en las personas. Es lo que quiero”. Cosa de ver, pues, y sobre todo de creer.
Por Roberto Cienfuegos J.
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